Ayer fui a una reunión social en la que era probable que estuvieras, pero tú ya habías partido. Y te extrañé, te extrañé como hace tiempo no lo hacía, te extrañé aunque de encontrarte habría pasado un mal rato; estabas tan amarga el último tiempo, tan lejana de esa nena ruda pero dulce a la que amé.
Y ahora no sé en que estás, ni tampoco sé si quiero saberlo, ni porqué me vuelvo a dormir pensando en ti, o porqué no puedo dejar de escribirte aun cuando esto no llegue a tus oídos.
Y yo que creía haberte olvidado.
Y ahora no sé en que estás, ni tampoco sé si quiero saberlo, ni porqué me vuelvo a dormir pensando en ti, o porqué no puedo dejar de escribirte aun cuando esto no llegue a tus oídos.
Y yo que creía haberte olvidado.
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