lunes, 5 de febrero de 2007

Añoro

En el caso de la mayoría de los seres, los contactos más ligeros y superficiales bastan para contentar nuestro deseo, y aún para hartarlo. Si insisten, multiplicándose en torno de una criatura única hasta envolverla por entero; si cada parcela de un cuerpo se llena para nosotros de tantas significaciones trastornadoras como los rasgos de un rostro; si un solo ser, en vez de inspirarnos irritación, placer o hastío, nos hostiga como una música y nos atormenta como un problema; si pasa de la periferia de nuestro universo a su centro, llegando a sernos más indispensables que nuestro propio mser, entonces tiene lugar el asombroso prodigio en el que veo, más que un simple juego de la carne, una invasión de la carne por el espíritu.

MARGUERITE YOURCENAR, Memorias de Adriano

3 comentarios:

  1. Maldito blogger!

    Te decía.
    "... si cada parcela de un cuerpo se llena para nosotros de tantas significaciones trastornadoras como los rasgos de un rostro..."

    Por el contrario, cada parcela de un cuerpo más que una significación trastornadora, trae una una significación misteriosa, algo nuevo por descubrir todos los días.
    Creo yo que.

    Besos.

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  2. Es lo primero que he leido de Marguerite Yourcenar. Me gustó.

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  3. Es lindísimo. ¡Qué bueno que hayas llegado a esa novela!

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